lunes, 20 de octubre de 2014

Ensalada de pasta... ¡con lo que haya!

Pues esta receta es muy sencilla. De hecho es tan sencilla que tiene el nombre del blog. Algún día haremos una ensalada con nombre y apellidos.

¡Ensalada de pasta con lo que haya!

Ingredientes (2 personas):

- 500grs de pasta (espirales o lo que tengas!)
- 2 tomates
- 1/2 cebolla
- 50grs de queso Emmental
- Pimientos rojos asados
- Maíz dulce
- Aceite
- Vinagre
- Sal
- Ganas de comer


Preparación:

Cuece la pasta hasta que quede al dente. Es mejor que no quede demasiado blanda. Déjala que se enfríe. Si tienes mucha prisa enjuágala con un poco de agua fría y vuelve a escurrirla.

Una vez tengas la pasta preparada, lo demás es bastante fácil. Trocea los tomates, pica la cebolla y trocea el queso. Una vez hecho esto, añ

ade el pimiento rojo, que puedes utilizarlos de los que vienen en bote en tiras. La cantidad a tu gusto. Al igual que el maíz: abre una de esas latas que tienes por la despensa y añade la cantidad que quieras.

Luego alíñalo con aceite y vinagre al gusto. Añade sal y mézclalo todo ¡A comer! porque tendrá una pinta irresistible como ésta:




¡Buen provecho!

lunes, 13 de octubre de 2014

Spaghetti con anchoas

Bueno, como probablemente alguna vez hayas tenido una de esas latas de anchoas que lleva meses en el frigorífico, y no es una pizza lo que quieres hoy, no... aunque la pizza con anchoas es un manjar...

Pero bueno, centrémonos. Es posible que incluso en tu piso no haya horno, así que la idea de la pizza se cae por su propio peso. Oh.

¡Vamos a comernos las anchoas con lo que haya!


Spaghetti con anchoas


Ingredientes (2 personas):

- 200 gramos de spaghetti seco
- 1 lata de anchoas
- 1/2 cebolla
- 1 pastilla de caldo concentrado de verduras
- Aceite
- Perejil
- Ganas de comer


Preparación:

Es una receta realmente sencilla, ya verás. Y queda súper sabrosa. Lo primero va a ser poner los spaghetti a cocer en agua hirviendo, controlando hasta que estén al dente o al gusto que prefiramos. Vamos a darle un poco de sabor con 3/4 partes de una pastilla de caldo de verduras concentrado. El trocito que sobra lo reservaremos para más tarde.

Mientras la pasta se cuece, ponemos en la sartén un chorro de aceite, y lo ponemos a calentar. Cuando esté caliente, ponemos la cebolla previamente troceada. La pochamos, y cuando esté casi a punto añadimos las anchoas muy bien escurridas, y las vamos troceando con una pala de madera en la misma sartén. Así no tendremos que manchar nada más del aceite que sueltan. Pero nuestros spaghetti sí que deben mancharse de ese aceite. Añadimos también el trocito de la pastilla de caldo de verdura que apartamos hace un momento y lo mezclamos toooodo. Ah, y añadimos una cucharadita de perejil picado. Ahora sí está todo.

Si nuestra sartén es lo suficientemente grande, podremos verter los spaghetti en ella una vez escurridos y mezclarlo todo ahí. Eso es lo ideal, pero si te resulta demasiado engorroso, vierte todo el sofrito en la olla de la pasta, previamente escurrida, y remueve y mezcla muy muy bien, para conseguir algo como esto:




Et voilà! Aquí lo tenemos. Las anchoas de dan ese saborcito a todo el plato, y lo disfrutarás como Zoidberg en aquél capítulo de Futurama.

¡Buen provecho!

martes, 7 de octubre de 2014

Papas aliñás al estilo gaditano

Hablar de un plato típico siempre suele sonar algo complicado. Está claro que hay recetas muy elaboradas que nos hacen acordarnos de dónde hemos estado durante toda nuestra vida. La mezcla de sabores y de sensaciones siempre va a potenciar nuestros recuerdos y hacer que los sintamos muy vivos y muy cercanos.

A veces la nostalgia aparece y querrías volver a probar eso tan rico que comiste aquél día, pero el cocinero de ese restaurante al que fuiste quizás hoy no pueda pasarse por tu casa. ¿Y si te digo que hay una receta típica de Cádiz muy sencillita y con un sabor que te hará sentir que estás en el sur? ¿Y si realmente estás en el sur y además te apetece prepararla en casa, ahora que ya no hace tanto calorcito como para terraza?

¡Pues prepárala con lo que haya!


Papas aliñás al estilo gaditano

Ingredientes (5 tapas ó 2 platos):

- 1/2 kilo de patatas
- 1/2 cebolla mediana
- 1 pimiento verde no muy grande
- 2 latas de atún al natural
- 2 huevos
- Aceite de oliva
- Vinagre de vino
- Sal
- Perejil
- Ganas de comer

Preparación:

Empezaremos poniendo todas las patatas en agua hirviendo, para que se cuezan. El tiempo de cocción varía dependiendo de la cantidad de agua y del tamaño de las patatas, por lo que lo mejor será que vayas pinchando con un tenedor para ver cuándo están en su punto. Es recomendable que no queden demasiado blandas. Al mismo tiempo, pon los dos huevos en una cazuela pequeña con agua hirviendo durante unos 10 minutos contando desde que el agua haya empezado a hervir.

Mientras las patatas y los huevos se cuecen, vamos preparando lo demás: básicamente lo que tendremos que hacer es picar a trozos muy pequeños tanto la cebolla como el pimiento. Y de momento poco más, porque tendremos que esperar de 1 a 2 horas a que lo demás se enfríe. Quita el agua tanto de las patatas como de los huevos y déjalos reposar.

¡Vaya! Qué pronto se han pasado las dos horas. Bueno, pues vamos a quitar la piel a todas las patatas. Una vez hecho, las cortamos en rodajas. Esto es lo ideal, pero no es obligatorio, puesto que dependiendo de lo consistentes, o no, que hayan quedado las patatas, puede que las rodajas se acaben rompiendo al removerlo todo. Las ponemos en una ensaladera o en el recipiente que tengamos que pueda servir.

Añade el pimiento y la cebolla. Abre las dos latas de atún, escúrrelas muy bien y añádelas. Los huevos, cierto. Hay que quitar toda la cáscara y trocearlos para añadirlos también. Llena una cucharadita de café con el perejil picado y espárcela por encima. Añade sal al gusto: media cucharadita puede ser una buena cantidad, pero depende del gusto de cada comensal, o del chef.

El siguiente paso es aliñarlo todo, así que vamos a echar un buen chorro de aceite de oliva. Ve echando un vistazo según como lo quieras, con más o con menos aceite, pero que nunca se vayan a quedar con una textura seca. Normalmente se suele servir con mucho aceite, pero también es algo que depende del gusto, igual que el vinagre: echaremos un chorro abundante de vinagre, pero sin pasarnos.

Remueve y mezcla todo bien, como si fuera una ensalada, pero más suave, para no destrozar las patatas. ¿A que te apetece probarlo? pues no tengas miedo, prueba a ver qué te parece y corrige de sal, aceite o vinagre si lo ves necesario. Lo siguiente: ¡servirlo!

El resultado será algo como esto:




¡Buen provecho!


domingo, 5 de octubre de 2014

Tortilla de patata con calabacín

Era muy buena la oferta que tenían en el super de "5 kilos de patatas por 1,79€", sin duda. El único inconveniente de esto es que de repente te encuentras con una cantidad enorme de patatas en casa, a las que hay que darles salida sea como sea. Por otra parte, la docena de huevos que tienes en la nevera desde hace algunos días, te hace pensar en lo efímero de su existencia y en todos los huevos fritos que tendrías que comerte para evitarles un final no deseado. ¡Ah! aquél calabacín con el que no sabías que hacer... casi se te olvida.

Tienes una hora antes de que vengan tus amigos a casa y no has preparado nada, así que ¡Prepara una tortilla con lo que haya!

Tortilla de patata con calabacín

Ingredientes (4 personas):

- 800 gramos de patatas
- 1 calabacín mediano
- 7 huevos
- 30 cl de aceite (el que utilices para freír)
- Sal
- Ganas de comer


Preparación:

Lo primero de todo es pelar las patatas e ir cortándolas en trozos muy pequeños, como de un centímetro por cada lado. Mientras hacemos esto pondremos el aceite a calentar a fuego máximo. Una vez que tengamos las patatas troceadas es el turno del calabacín. Lo pelamos y hacemos exactamente lo mismo que con las patatas. Con todo troceado, lo vertemos en el aceite ya calentado y removemos un poco para que no quede separado el calabacín de la patata. Todo se tiene que hacer por igual. El calabacín y la patata tienen un tiempo similar para estar en su punto, así que perfecto. Añade sal al gusto.

Mientras todo esto se fríe, vamos a ir preparando el huevo. Los abrimos todos y los vertemos en un bol cómodo para batirlos. Existe un truco que hará que la tortilla esté algo más esponjosa. Esto es intentar batir primero la clara lo más posible, y luego las yemas. Pero no es imprescindible, así que continuamos. Batimos y batimos hasta que el huevo esté uniforme, añadiendo un poco de sal.

Tenemos que vigilar que las patatas y el calabacín se estén friendo bien. Vamos por buen camino, porque las patatas ya han empezado a estar un poco doradas por algunas zonas. Antes de que se doren más, las sacamos de la sartén junto con el calabacín. Utilizaremos la misma sartén, así que retiramos el aceite de freír y dejamos solo un poco, para que la tortilla no se pegue. Antes de volver a ponerla en el fuego, vamos a verter de nuevo lo que hemos frito y lo extendemos más o menos uniformemente. La sartén aún estará algo caliente, por lo que es el momento de verter el huevo batido. A pesar de estar caliente, no va a cuajar el huevo tan rápido, de manera que intentamos colocar de nuevo toda la mezcla de manera uniforme, y ahora es cuando la dejamos que se haga. Ponemos fuego medio y esperamos alrededor de 5 minutos. Vamos a hacer una ligera comprobación: meneamos la sartén un poco con cuidado, para ver si cuando movemos la sartén, la tortilla se resbala. Lo más normal es que ocurra esto, a no ser que tu sartén esté algo deteriorada. En este caso notaremos que una parte de la tortilla se habrá pegado, y será muy complicado darle la vuelta, por lo que se romperá un poco. Pero confiemos en que todo salga bien.

Y ahora viene un paso muy importante. Exactamente, darle la vuelta. Cuando seamos profesionales de la cocina y algo acróbatas, quizás podamos permitirnos darle la vuelta en el aire, pero en este caso no lo haremos así. Lo que vamos a hacer es retirar la sartén del fuego y con un plato que cubra todo su diámetro, la tapamos. Vamos a mantener el plato haciendo presión con la mano, mientras levantamos la sartén. Recomiendo hacerlo encima del fregadero por si algo de huevo gotea. Bien, seguimos haciendo presión, y en este momento, giramos rápidamente la sartén sin dejar de hacer presión con el plato. Levantamos la sartén y tendremos nuestra tortilla, a la que hay que cocinarla por la parte de abajo. Con cuidado, volvemos a poner la sartén en el fuego y deslizamos la tortilla desde el plato hacia ella, intentando colocarla cuidadosamente (no tirarla). Nos ayudaremos del utensilio que estemos utilizando para corregir los bordes, que se habrán deformado. Simplemente los empujamos suavemente en dirección al fondo de la sartén, para que quede con una forma bonita y más compacta. Esperamos unos 5 minutos más, y servimos.

¡Ding dong! Te acaban de llamar a la puerta tus amigos. Menos mal que cuando entren se van a encontrar con esto:



¡Buen provecho!



Pasta con champiñones y tomate natural

Tengo que admitir que durante mi época universitaria la pasta fue mi gran aliada casi a diario. Es por ello que le debo tanto, y la receta de hoy va dedicada a todo lo que ella ha hecho por mi. Decidí hacer algo por ella a cambio, y aunque ponerla en una olla con agua hirviendo no suele ser el mejor de los agradecimientos, nuestra amiga la pasta lo sabe apreciar muy bien. Es más, si le damos un poco de compañía, vuelve a agradecérnoslo, y es un ciclo que nunca se cierra.

¡Busquemos compañeros para la pasta con lo que haya!


Pasta con champiñones y tomate natural

Ingredientes (2 personas):

- 200 gramos de pasta seca (usaremos macarrones, pero puede ser otra)
- 1 lata de champiñones laminados en conserva, o una bandeja de champiñones laminados frescos
- 2 tomates
- 1 pastilla de caldo de verduras concentrado
- Aceite de oliva o de girasol
- Queso en polvo (opcional)
- Ganas de comer


Preparación:

Ponemos en la olla un litro de agua con un chorrito de aceite y la llevamos a ebullición, entonces verteremos la pasta y la removeremos ligeramente. Dejamos que se cueza durante unos 5 minutos. ¿Recuerdas la pastilla de caldo de verduras? bien pues vamos a hacer un poco de trampa para que la pasta absorba el sabor mucho mejor: como ya lleva un rato cociéndose, lo que vamos a hacer es quitar un poco de agua de la olla (más o menos que queden unos 4-5 centímetros de agua por encima de la pasta) y añadiremos 3/4 partes de la pastilla de caldo, reservando el trozo restante para algo que veremos luego. Vamos removiendo un poco para que se mezcle uniformemente.

Mientras la pasta se cuece, podemos ir haciendo lo demás. Vamos a empezar con los champiñones, pero es diferente si los tenemos en conserva o si son frescos. Si nuestros champiñones son frescos, los pondremos en una sartén con un chorro de aceite a fuego medio hasta que adquieran el tono marrón de los champiñones cuando ya están hechos, entonces pasaremos al siguiente paso. En caso de que tus champiñones sean en conserva, estos dos pasos se harán en uno. Bien, vamos a trocear los dos tomates, y cuando tengas los champiñones listos, los añadimos a la sartén. Como dijimos, si eran champiñones en conserva los verteremos a la vez que el tomate. Pasados unos tres minutos, cuando el tomate empiece a soltar su jugo, vamos a añadir el trocito de pastilla de caldo de verdura, lo que le dará un sabor especial a nuestra mezcla. Ahora tendremos que remover muy bien para que se deshaga bien y se mezcle con todo de manera uniforme. Removemos unos dos minutos y ponemos fuego fuerte durante otros dos minutos, sin parar de remover.

Cuando hayamos hecho esto, la pasta nos estará esperando ya lista en la olla. Vamos a escurrir el agua completamente y luego verter toda la pasta en la sartén. Los sabores en la sartén se mezclarán mejor, porque todo está ya caliente y además no se pierde por el camino nada del jugo de los champiñones ni el tomate. Tenemos que poner fuego medio para esto, así que lo iremos removiendo hasta que todo quede mezclado de manera uniforme. Con 2 o 3 minutos bastará. Apagamos el fuego y servimos.

Bueno, es hora de comer. Si te gusta, o le gusta a tus invitados, añade queso en polvo, al igual que en la foto, lo que hará que te salga algo como esto:




Recuerda que si tienes más invitados, las cantidades se pueden multiplicar fácilmente y así harás que cada vez más gente disfrute de tus platos.

¡Buen provecho!

lunes, 29 de septiembre de 2014

Garbanzos al ajillo con bacon y patatas

De esas veces que tienes uno de esos botes en la despensa desde hace varias semanas. Qué solo se siente, ¿verdad? se aburre... ahí dentro está todo oscuro. Además, esta mañana acabas de leer que las legumbres son buenas. Adelante, no lo pienses más y cógelo. Qué consistente y qué buena pinta tiene, ¿verdad?

Algo habrá que hacer para que nuestro bote se divierta después de tanto tiempo encerrado.

¡Vamos a mezclarlo con lo que haya!


Garbanzos al ajillo con bacon y patatas

Ingredientes (2 personas):

- 1 bote de garbanzos en conserva
- 100 gramos de bacon en tiras
- 1 diente de ajo grande
- 1 patata grande
- 1 cucharadita de pimentón dulce o picante
- Aceite de oliva o de girasol
- Sal
- Ganas de comer

Preparación:

Empezaremos poniendo a calentar abundante aceite en una sartén. Mientas, pelamos la patata y la cortamos a tiras. Las ponemos a freír en el aceite a fuego máximo.

Pondremos a calentar una sartén con un chorrito de aceite a fuego medio, tirando a fuerte. Ésta es la sartén que contendrá la base de la receta. Una vez hecho esto, abriremos el bote de garbanzos y escurriremos muy bien el agua, para que no nos salte en la sartén. Para esto siempre es mejor utilizar un escurridor; tirar el agua directamente del bote al fregadero no siempre funciona como esperamos. Cortaremos el diente de ajo en láminas finas o más picado, en trozos pequeños, como más te gusten. Tras cortarlo, échalos en la sartén y espera un minuto a que el aceite se impregne del sabor del ajo, y es momento de añadir los garbanzos.

Remueve esta mezcla durante unos dos minutos con una pala de madera, para no dañar la sartén. Con esa misma pala, abre un hueco entre los garbanzos para añadir el bacon directamente en la sartén. Remueve hasta que todo quede bien mezclado. No te preocupes que no hemos abandonado a las patatas. Estarán ya fritas (cuidado que no estén demasiado doradas). Sácalas de su sartén y pásalas a las otras una vez escurridas. Sigue removiendo y añade sal a tu gusto.

¿Falta un poco de color? No te preocupes. El pimentón nos ayudará a corregirlo. Bastará con una cucharadita bien colmada. Depende de ti, si eres más valiente y prefieres usar pimentón picante. Remueve rápido, para que el pimentón se mezcle bien con lo demás y no se queme. Sigue con el fuego a la misma intensidad unos 4 minutos.

Pues ya está. Ahora toca servirlo y disfrutarlo. Se puede servir en plato llano sin problemas, ya que es una receta sin nada de caldo, pero muy jugosa gracias al bacon. Te quedará algo parecido a esto:





Espero que guste. Un plato completo, con legumbre, patatas y algo de carne.

¡Buen provecho!

domingo, 28 de septiembre de 2014

Arroz con huevo y bacon con guarnición de verduras a la plancha

Cuando te levantas un domingo por la mañana, normalmente piensas en muchas cosas: ha sido un buen fin de semana, mañana de vuelta a la rutina... etc. Por lo general, si el sábado fue un día, o una noche intensa, el pensamiento con más presencia en tu cabeza será '¡COMER!' ya que cuando abras los ojos serán cerca de las 14h y tus entrañas estarán rugiendo cual león en el Serengeti. Es la hora de calmar su hambre, por lo que te levantas y te pones en marcha.

¿Qué habrá por la nevera? ¡Vamos a cocinar con lo que haya!


Arroz con huevo y bacon con guarnición de verduras a la plancha

Ingredientes (4 personas)

- 2 calabacines medianos
- 1 berenjena
- 2 pimientos rojos
- 2 pimientos verdes
- 1 cebolla
- 200 gramos de bacon en tiras
- 2 huevos
- 400 gramos de arroz redondo o largo
- Aceite de oliva o de girasol
- Sal
- Ganas de comer


Preparación:

Corta el calabacín en rodajas de medio centímetro. El grosor es importante para conseguir que se cocine bien. Ponlo en una sartén precalentada a fuego fuerte (no máximo) con un poco de aceite y ve cocinándolas todas hasta que queden doraditas. El calabacín soltará su propio jugo, por lo que no te tienes que preocupar de que se vaya a quedar pegado cuando el aceite se haya absorbido. Añade sal al gusto.

Para ahorrar tiempo, puedes ir haciendo mientras los pimientos en otra sartén. Córtalos en rodajas intentando que no queden demasiado gruesas. Éstas no van a ir a a la plancha, sino más bien rehogadas, pero el resultado va a ser muy parecido. Añádelas a una sartén con algo más de aceite precalentado y cocina a fuego medio hasta que veas que el pimiento verde se va oscureciendo un poco. Es hora de añadir la cebolla a la misma sartén: los pimientos adquirirán el toque de la cebolla, y a la inversa. Corta la cebolla en rodajas finitas y añádelas. La cebolla tarda menos que el pimiento en pocharse, así que debemos echar un ojo para que quede equilibrado. Pero no es muy complicado; eso sí, hay que remover un poco de vez en cuando para que todos los trozos se hagan bien. Añade sal al gusto.

Seguramente el calabacín ya esté listo, por lo que puedes retirarlo de la sartén para dejar paso a la berenjena. Córtala igual que el calabacín, en rodajas de medio centímetro y ponlas en la sartén con algo de aceite para que no se peguen. La berenjena en principio absorbe más el aceite que el calabacín, pero suelta menos jugo, por lo que puede ser que tengas que ir añadiendo algo más de aceite. Añade sal al gusto.

¡Ya tenemos las verduras! Déjalas apartadas en algún sitio donde no se vayan a enfriar. Es el turno del arroz: viértelo en una cazuela y añade agua, sal y un poco de aceite. Asegúrate de que quede bien cocido con la textura deseada. Mientras el arroz se va haciendo, descansamos 5 minutos para darle un poco de tiempo, y empezamos a preparar en una sartén grande el huevo. Debemos batirlo primero y luego verterlo en la sartén a fuego medio. Cuando veamos que va adquiriendo consistencia, lo romperemos en trozos pequeños con una pala de madera, para no dañar la sartén. Una vez hecho, y vigilando que no se haya quedado ninguna parte sin hacer, añadiremos el bacon. Salteamos un poco y añadimos el arroz, que ya debe estar cocido. Subimos el fuego y lo ponemos casi al máximo para que el bacon se haga bien y a la vez el arroz adquiera una textura más consistente, además del sabor de los otros dos ingredientes. Añade sal al gusto. Ve removiendo para que nada se pegue ni se queme y cuando el arroz este con un color algo más oscuro apagamos el fuego.

Servimos en un plato llano el arroz y las verduras por separado, sin mezclar, y el resultado será algo parecido a éste:



Pues ahora lo siguiente es degustarlo. Recuerda que todas estas recetas están pensadas para que puedas dividir las cantidades fácilmente en el caso de que no necesites cocinar para tantas personas.


¡Buen provecho!